En toda organización, como en cualquier equipo de alto rendimiento, el desacuerdo es inevitable. Lo realmente importante no es evitarlo, sino cómo lo gestionamos. Un equipo que no discute, que nunca confronta ideas o que simplemente sigue la corriente por miedo al conflicto, no está alineado, está resignado.
Para entender mejor esto, miremos un equipo de fútbol.
Cuando un equipo entra a la cancha, cada jugador tiene un rol, una función específica dentro de una estrategia común. Sin embargo, en el calor del partido, surgen diferencias:
- El delantero reclama porque no recibe pases.
- El mediocampista cree que deberían cambiar la táctica.
- El arquero ve errores defensivos que los demás no perciben.
- El entrenador toma decisiones que algunos jugadores no comparten.
Si cada uno decide actuar solo en base a su punto de vista y no coordinar con los demás, el equipo se desmorona. No importa cuán talentosos sean los jugadores, si no tienen una forma efectiva de gestionar sus desacuerdos, las diferencias se convierten en obstáculos en lugar de oportunidades y corren un alto riesgo de perder el partido.
¿Cómo pasar Del desacuerdo a estar alineados?
Fred Kofman, en La Empresa Consciente, afirma:
«Las mejores decisiones no son producto de la ausencia de conflictos, sino de la capacidad de convertir el conflicto en aprendizaje y alineación.»
El problema no es el desacuerdo en sí, sino cómo respondemos ante él. En un equipo de fútbol, los jugadores no pueden permitirse perder el foco cada vez que surge una diferencia. Necesitan herramientas para coordinarse, comunicarse y encontrar soluciones que los acerquen a su objetivo: ganar el partido.
En las empresas sucede lo mismo. Los equipos que aprenden a gestionar los desacuerdos de manera constructiva toman mejores decisiones, reducen la fricción y logran mayor alineación.
Claves para gestionar los desacuerdos en tu empresa
Acordar un marco de trabajo antes del conflicto: Como en el fútbol, un equipo necesita reglas claras. Antes de que surja un desacuerdo, es fundamental establecer cómo vamos a abordarlo.
Separar la persona del problema: En un equipo ganador, los jugadores discuten estrategias, no atacan a sus compañeros. En las empresas, es clave debatir ideas sin convertirlo en algo personal.
Tener conversaciones efectivas: Un líder consciente no impone su visión, sino que facilita espacios donde todos los involucrados pueden escuchar y ser escuchados, para encontrar la mejor solución posible.
Centrarse en el objetivo común: En el fútbol, no importa quién tenga razón en una jugada si al final el equipo pierde el partido. En la empresa, los desacuerdos deben resolverse con el foco en el propósito mayor.
¿Qué hace tu equipo cuando no está de acuerdo?
LOS DESACUERDOS PUEDEN SER UNA FUENTE DE CONFLICTO O UNA HERRAMIENTA DE CRECIMIENTO. LA DIFERENCIA RADICA EN CÓMO SE GESTIONAN.
Un equipo que desarrolla confianza, comunicación efectiva y claridad en sus procesos de decisión, transforma los desacuerdos en oportunidades para fortalecerse.
Ahora te pregunto: ¿Cómo maneja tu equipo los desacuerdos hoy? ¿Están alineados para ganar el partido o dejan que las diferencias los frenen?