¿SOS EL LÍDER DE TU EMPRESA O SU MAYOR OBSTÁCULO?

La verdadera diferencia entre un líder efectivo y uno que se debilita radica en su capacidad de elegir su actitud y respuesta ante los desafíos

En cada situación que enfrentamos, tenemos dos opciones: ASUMIR EL CONTROL O CEDERLO. 

Podemos actuar como protagonistas, tomando decisiones desde la responsabilidad y la acción, o podemos quedar atrapados en el rol de víctima, justificando nuestros resultados con excusas y culpando a factores externos.

SIEMPRE ELEGIMOS NOSOTROS Y ELEGIR NOS DA PODER 

Ante una oferta, podes elegir comprar o no comprar. 

Si recibís un reclamo, podes elegir entre escuchar o discutir. 

Nuestra autonomía nos permite tomar decisiones que influyen en nuestros resultados. Cuanto más conscientes seamos de nuestra capacidad de elección, menos condicionadas serán nuestras respuestas.

Fred Kofman introduce el concepto de ResponsHabilidad, que nos otorga el poder de decidir y concentrarnos en los aspectos de una situación sobre los cuales podemos influir. Es la capacidad de dar una respuesta efectiva, independientemente de las circunstancias.

Imaginemos que estamos jugando una partida de cartas. No podemos controlar cuáles cartas nos tocarán, pero sí podemos elegir cómo jugarlas. Si nos enfocamos en quejarnos por nuestra «mala suerte», porque las cartas que nos tocaron son muy malas, perderemos energía y oportunidades. En cambio, si decidimos hacer lo mejor que está a nuestro alcance con las cartas que tenemos, aumentamos nuestras posibilidades de ganar.

En los negocios sucede lo mismo: no siempre podemos controlar el contexto, pero sí podemos elegir cómo responder a él.

En el mundo empresarial sucede lo mismo que en un juego de cartas 

Un gerente financiero recibe un reclamo del directorio. Desde el rol de víctima, culpa a su equipo de analistas y los hace responsables del error que generó ese reclamo y se enoja porque él les dijo “Sean cuidadosos al generar los informes finales, yo no puedo estar en todos los detalles”. Desde el rol de protagonista, asume su responsabilidad y reconoce que podría haber supervisado mejor el trabajo.

Un colega llega tarde a una reunión y al ingresar a la sala dice: “Pido disculpas, había muchísimo tránsito y no pude llegar a tiempo”, en otras palabras, por culpa del tránsito no logró llegar a tiempo. Tenemos tecnología muy sencilla que nos permite calcular el tiempo que nos tomará movernos de un lugar a otro, eso nos permite organizar nuestra agenda o nuestras actividades previas para llegar a tiempo. El líder con mentalidad protagonista planifica, se prepara para cumplir en excelencia con sus compromisos y si algo no sale como esperaba, se hace responsable diciendo: “No calculé bien los tiempos, por eso llegué tarde, espero puedan disculparme”. 

El protagonista toma acción para mejorar y la víctima se queda atrapado en la excusa.

El Protagonista construye y lidera:

Si quiero ser parte de la solución, debo considerarme parte del problema.

El mundo está lleno de desafíos, y un protagonista los enfrenta como un guerrero, transformando obstáculos en oportunidades.

La Víctima se defiende:

El rol de víctima es atractivo porque nos exonera de responsabilidad. Sin embargo, nos deja sin poder para transformar la realidad.

Un protagonista elige hacerse cargo de sus elecciones y sus consecuencias.

Comprende su contribución al problema.
Determina su responsabilidad sin culparse.
Cambia su actitud para modificar la situación.

«Cada vez que tengo un problema, yo estoy presente en él.»

En lugar de preguntar «¿Quién es el culpable?», un protagonista se pregunta:

Cambiar nuestra mentalidad es el primer paso, pero si estamos rodeados de víctimas, el impacto será limitado. Un líder consciente no solo actúa como protagonista, sino que inspira a otros a hacer lo mismo.

El protagonismo se contagia. Las empresas que cultivan una cultura de responsabilidad, acción y liderazgo consciente logran resultados sostenibles en el tiempo.

Si el desafío supera nuestra capacidad de respuesta, fracasamos.
Si nuestra responsabilidad supera el desafío, tenemos éxito.

Un líder consciente se encarga de reducir dificultades y ayudar a su equipo a descubrir su propio poder, su libertad y su responsabilidad.

¿SOS EL LÍDER DE TU EMPRESA O SU MAYOR OBSTÁCULO?

TOMAR DECISIONES CON CONCIENCIA Y NO CON INSTINTO

EL PODER DE LA CONCIENCIA EN LOS NEGOCIOS: ¿POR QUÉ LAS EMPRESAS NECESITAN “SER CONSCIENTES”?

Mi experiencia en el mundo corporativo, desde mis primeros pasos en 1994 hasta convertirme en Business Coach, me ha enseñado una verdad incuestionable: las empresas que operan de manera consciente no solo sobreviven, sino que prosperan. Pero ¿Qué significa realmente ser consciente en el mundo empresarial?

Los seres vivos llevamos genes en nuestro cuerpo, una herencia que arrastra millones de años de evolución. Estos genes, diseñados para la supervivencia, dictaron los comportamientos de nuestros antepasados: buscar alimento para no morir de hambre, luchar hasta la muerte frente a un enemigo amenazante y reaccionar instintivamente para sobrevivir.

Los seres humanos somos más que individuos; somos portadores de esas células, costumbres y aprendizajes, transmitidos de generación en generación. Esta herencia no solo es biológica, sino también emocional y conductual. Somos una especie de mecanismo de transporte de conductas que pasan de una generación a otra.

Las conductas y patrones que repetimos, muchas veces de manera inconsciente, frenan el crecimiento y la evolución de las organizaciones. Esto queda en evidencia fundamentalmente en experiencias de acompañamiento a Empresas Familiares. 

Unos párrafos atrás mencioné «seres vivos» intencionalmente. Reflexionemos con un ejemplo sencillo: los gatos entierran instintivamente sus heces para ocultarlas de los depredadores. No es una decisión consciente, sino un reflejo ancestral que asegura su supervivencia. Ahora bien, ¿Cuál es el depredador que un gato que vive bajo el cuidado de un humano identifica para tener esa conducta? 

Los genes supervivientes nos invitan a lo calórico y no a lo nutritivo. Para lograr una alimentación sana y nutritiva necesitamos información, abrir el paladar a nuevos sabores, probar opciones, informarnos, tener muy claro el propósito, adquirir disciplina y medir el impacto de nuestras decisiones en nuestra salud. 

Los genes supervivientes nos convocan a la “gratificación inmediata” y no a tomarnos un momento para confirmar que la elección que hemos hecho es probadamente la más conveniente entre otras 2 o 3 posibilidades. 

La mayoría de las organizaciones funcionan de forma reactiva, sus líderes actúan desde los genes supervivientes. Las decisiones se toman desde la intuición o el «así siempre lo hicimos», sin detenerse a reflexionar sobre el impacto real en los equipos, la cultura o los resultados a largo plazo.

En el entorno empresarial, seguir actuando desde el instinto o la intuición, tomar decisiones de manera reactiva, sin detenerse a reflexionar, a explorar opciones, y medir el impacto real en los equipos, la cultura o los resultados, puede limitar el crecimiento. 

Las decisiones que tomamos por costumbre, sin cuestionarlas, pueden alejarnos de resultados sostenibles y de largo plazo.

Por eso, es fundamental salir de lo instintivo y entrar en la CONCIENCIA.

Para pensar distinto.

Para accionar distinto.

Y para tomar decisiones que impulsen el cambio y el crecimiento.

Fred Kofman, en su libro «La empresa consciente», plantea que la conciencia organizacional es la clave para transformar la forma en que las empresas piensan, actúan e interactúan. No se trata solo de ética o responsabilidad social, sino de entender que cada decisión, conversación y acción tiene consecuencias que afectan directamente la rentabilidad y la sostenibilidad del negocio.

¿Cuál podría ser el costo de la inconciencia organizacional? Imagina una empresa donde los pedidos no son claros, las conversaciones difíciles se evitan y los conflictos se barren bajo la alfombra. ¿El resultado? Equipos desalineados, retrabajos constantes y una pérdida de hasta el 30% de la productividad, según estudios de McKinsey.

Un ejemplo clásico es el de Kodak, que, a pesar de haber inventado la cámara digital, ignoró el cambio de paradigma por aferrarse a su éxito pasado. La falta de conciencia sobre la evolución del mercado y la resistencia interna al cambio los llevó a la bancarrota.

¿Está Tu Empresa Operando Conscientemente?

Las empresas que invierten en desarrollar conciencia organizacional no solo mejoran su productividad y rentabilidad, sino que también construyen culturas resilientes y sostenibles.

Soltar la intuición reactiva y adoptar una conciencia estratégica es la diferencia entre sobrevivir y prosperar en el mundo empresarial actual.

En futuros artículos, profundizaré en herramientas y prácticas concretas para desarrollar conciencia en los equipos y líderes. Porque el cambio empieza por reconocer que la forma en que pensamos y actuamos define el éxito de nuestros negocios.